La situación energética en Cuba es tan grave, que no hay corriente ni para echar a andar las plantas que mueven el agua dentro de las ciudades. A la falta de alimentos y electricidad se suma la carencia de agua.
La gente en Cuba sigue cocinando con leña o carbón, perdiendo comida por falta de refrigeración, viviendo sin ventiladores en un verano que ya comienza, y sin esperanza de que el gobierno les diga la verdad sin maquillaje solar.