Y si a alguien le preocupa que Ramos acabe grabando una balada para su viejo antagonista, que respire: hasta donde se sabe, el central no ha anunciado un “Unplugged” con dedicatorias personalizadas. Aunque, visto el revuelo de su debut musical, si alguna vez lo hiciera, probablemente rompería otra vez internet. Mientras tanto, queda una imagen bonita para el álbum: dos emblemas de trincheras opuestas despidiéndose con respeto. Y, de paso, una frase que ya es leitmotiv en los comentarios: “Capi, todo bien con el homenaje… pero por favor, no cantes”.
Amy Reidling, una estudiante de primer año de North Druid Hills High School de 14 años que desapareció el domingo 21 de septiembre. Su familia teme que haya sido engañada por un adulto que se hacía pasar por adolescente en internet
La protagonista, la española Ana Hurtado —activista afín al régimen, autodefinida durante años como “actriz y periodista”— contó que quiso pagar toda la cuenta por Transfermóvil, pero le exigieron mitad en efectivo y mitad por transferencia. Como no llevaba cash, se quedó sin cenar.
De momento, todo apunta a un episodio donde el rumor corre más rápido que la información oficial. Lo responsable, para las autoridades, sería aclarar si se trata de ejercicios rutinarios, actualización de expedientes o algo más. Y para los convocados, exigir por escrito el motivo, la duración y el estatus de la citación. En un país exhausto por apagones y carencias, cualquier insinuación de “movilización” tiene un eco político y emocional difícil de contener.
Que el intercambio haya encontrado vida en Facebook dice algo sobre dónde está hoy la conversación pública en Cuba y cómo circula el contenido: el sistema mediático estatal sigue siendo la fábrica, pero las audiencias están en otra parte. Si de aquel programa queda algo más que un clip para “guardar”, será la agenda mínima que propusieron sus propios protagonistas: menos consignas, más datos; menos secretismo, más comparecencias; menos “cuidado con el enfoque”, más periodismo.
Un post, una pregunta y la magia de las redes sociales hicieron el resto: la bella aeromoza de Cubana tenía nombre, voz y recuerdos que compartir. Se llama Marilyn Palomino, tenía 20 años cuando posó para aquella foto en un Tu-154, y dedicó tres décadas a la aviación. El hilo no solo la identificó: la devolvió, por un rato, a la pasarela del pasillo, a los saludos de bienvenida, al rumor del fuselaje y a la precisión de un oficio que —a juzgar por la respuesta— dejó huella en todos.
En Cuba, donde los mecanismos formales de asistencia suelen ser lentos o insuficientes, Facebook y WhatsApp funcionan como tablón de anuncios, oficina de coordinación y, muchas veces, única ventanilla de esperanza. Hay una ética de la proximidad que se activa: quien no tiene dinero ofrece transporte; quien no puede donar sangre replica la convocatoria; quien no posee colchones pregunta por tallas de ropa; quien vive fuera enciende la cadena de remesas o compra en línea.
El caso viral dejó una lección doble. Por un lado, el testimonio del padre y las nuevas tomas contradicen la afirmación de que la pelota estuvo “en manos” de la mujer; por otro, la carrera por identificarla derivó en acusaciones equivocadas que instituciones locales tuvieron que corregir públicamente.
De acuerdo con reportes policiales y judiciales, Mayrelis Márquez Plans (32) y Yuri Rafael Velázquez-García (33) fueron detenidos el martes en su vivienda de la NW 185th Street, donde agentes incautaron más de 500 piezas que imitaban a Louis Vuitton y otras marcas. Si hubiesen sido auténticas, el valor de la mercancía superaría los 500.000 dólares, según los investigadores.
Fuera de la anécdota puntual, el episodio suma a una lista reciente de figuras públicas que retiran publicaciones por hostigamiento, y reabre la pregunta por los límites de la conversación digital: hasta dónde moderar, cuándo borrar y si es posible mantener un espacio “seguro” en plataformas que privilegian el engagement por encima del bienestar de sus usuarios.
Mientras familiares y testigos siguen reclamando justicia y transparencia, lo urgente es que las autoridades amplíen la información básica del caso: identidad del detenido, calificación provisional de los delitos, estado de salud de los lesionados y garantías procesales. Esa claridad no solo desactivaría el carrusel de versiones en internet; también blindaría el derecho de las víctimas a conocer la verdad y el de cualquier investigado a no ser condenado en la plaza pública antes de que hable un tribunal.
Detrás del video viral hay un dato simple: la dignidad no compite con la seguridad. Puedes salvar la cara y perder la vida; puedes “ganar” un hueco y perder una póliza, el trabajo o la libertad si hieres a alguien. Y para los que miran el clip y concluyen “ese es cubano”: el mismo día un “americano” le cruzó el auto a alguien en Kendall; un “francés” se bajó a gritar en la 826; un “noruego” dejó pasar a dos carros con un gesto amable. La etiqueta explica poco. El comportamiento, todo.