Caterham es considerada la persona británica más longeva registrada y la última sobreviviente nacida en la primera década de 1900. Su historia atraviesa períodos históricos cruciales: nació antes de la Primera Guerra Mundial y ha sido testigo de seis monarcas británicos, comenzando con Eduardo VII.
Considerado uno de los mejores calculistas de todos los tiempos, el joven superó sus expectativas al destrozar su propia marca de cálculo mental de fechas históricas.