En Jicotea no piden un boulevard; piden que sus hijos lleguen a clase limpios, sin tener que elegir entre el fango y faltar. Si las autoridades municipales de Ranchuelo miran ese video con ojos de ingeniero y de padre, entenderán que aquí no se discute estética urbana, sino derecho al acceso. Unos cien metros pueden parecer poco en el mapa, pero en la vida diaria de estos niños son la distancia exacta entre empezar el día con barro… o con cuaderno. Y eso, para una comunidad entera, marca la diferencia.
Las muertes de Ania y Roly no son hechos aislados. Forman parte de una cadena de accidentes que, según cifras no oficiales compartidas en grupos de Facebook, han ido en aumento en lo que va de año. El mal estado de las carreteras, la escasa señalización, la circulación de vehículos sin condiciones técnicas, y la imprudencia —tanto de peatones como de conductores— crean un cóctel letal que se cobra vidas semana tras semana.
La familia ha pedido ayuda a la comunidad para encontrar a la joven, quien lleva seis días desaparecida. Esta desaparición se suma a otros casos preocupantes de menores desaparecidos en Cuba en los últimos meses. La comunidad cubana en redes sociales muestra su solidaridad con la familia y exige una pronta resolución del caso. Mientras tanto, se espera que la difusión de la información contribuya a encontrar a la adolescente y reunirla con su familia lo antes posible.