Con estos dos golpes de efecto en la escena mundial, el Mundial de Clubes demuestra que el fútbol real está lleno de reyes que se derrumban y renacen. Messi, vivo y vivaz en Miami, y PSG, tambaleando tras una inesperada caída. El torneo recién empieza, pero ya deja lecciones: los monarcas pueden cambiar de trono… o caer del pedestal.