El caso de 1ra y 70 queda como síntoma y alerta. Detrás de las imágenes hay historias de ruptura familiar y carencias materiales que requieren algo más que retirar a los menores del jardín de un hotel: políticas sostenidas de protección, acompañamiento psicosocial y transparencia institucional para que la próxima foto no se repita unas cuadras más allá.
La noticia se ha viralizado rápidamente en redes sociales, donde las reacciones han oscilado entre la tristeza profunda y la indignación. Muchos se preguntan cómo un niño tan pequeño podía estar a esa hora en la calle sin supervisión. Otros señalan directamente a la crisis económica como telón de fondo del abandono y la desprotección que sufren muchos menores en Cuba.