La tragedia ha puesto al descubierto no solo la fragilidad estructural del país frente a un desastre natural, sino también las profundas divisiones políticas y humanas que lo atraviesan.
Este terremoto es uno de los más fuertes registrados en la región en los últimos años, recordando la vulnerabilidad del sudeste asiático a la actividad sísmica debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico. Las operaciones de rescate continúan, y se espera que el número de víctimas y daños materiales aumente a medida que se recopile más información.