Este drama legal y humano ha conmocionado a Hollywood y al sistema médico, planteando preguntas urgentes sobre la necesidad de un mayor control y responsabilidad en el uso de sustancias como la ketamina con fines terapéuticos.
Los acusados enfrentan largas penas de prisión si son hallados culpables de los cargos que se les imputan, incluidos distribución ilegal de ketamina y conspiración para causar la muerte de Perry.