Esta historia deja preguntas abiertas que trascienden su caso: ¿qué estándar humanitario se aplica a quienes han pagado sus cuentas con la justicia y buscan rehacer su vida?, ¿qué coordinación real existe entre Washington, La Habana y Ciudad de México para evitar que la “solución” sea internar a una persona en un tercer país donde no tiene absolutamente nada? Por ahora, para Pedro, la respuesta es sobrevivir un día más, sin hacer ruido, mientras intenta que su historia no termine en el anonimato.
Las acciones emprendidas por el presidente Trump y Elon Musk a través de DOGE representan un intento sin precedentes de reestructurar el gobierno federal y reevaluar el papel de Estados Unidos en la asistencia internacional. El desenlace de estas iniciativas y sus implicaciones a largo plazo aún están por verse.