El caso se juzgó apenas dos meses después de otro atentado contra Trump en Butler, Pensilvania, donde un tirador alcanzó a rozarle la oreja antes de ser abatido por un francotirador del Servicio Secreto. Para la fiscalía, el intento frustrado de Routh buscaba “silenciar las voces y los votos” de los estadounidenses; citando a Thomas Jefferson, los fiscales dijeron al jurado que “nadie decide una elección de esa manera”.
Según un comunicado del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, el cubano Aurelio Luis Perez, de 55 años, atacó a un testigo cooperante federal en un club local pocos días después de que la víctima fuera identificada como testigo del gobierno en un juicio criminal federal.