Morón, un pueblo que en los últimos meses ha visto crecer la violencia entre menores de edad, vuelve a llorar a uno de sus hijos (o a dos). La comunidad, entre el luto y la impotencia, exige justicia y sobre todo, medidas reales para evitar que este tipo de tragedias se repita.
Afortunadamente, para María de las Mercedes y sus seres queridos, esta historia concluye con un desenlace positivo, devolviendo la paz a una familia que había enfrentado días de incertidumbre y miedo.