La controversia estalló después de que Baldoni pidiera a la corte acceso a los historiales médicos y de salud mental de Lively como parte de su defensa. Al no querer exponer esa información, Lively ofreció retirar los cargos relacionados, lo que provocó una escalada pública. Baldoni respondió acusando a la actriz de intentar evadir el proceso legal, y su equipo calificó las acusaciones como “frívolas”.
El caso de Blake Lively y Justin Baldoni destaca la importancia de entornos laborales seguros en Hollywood. SAG-AFTRA, el sindicato de actores, emitió un comunicado elogiando a Lively por hablar y recordó que las represalias por denunciar conducta inapropiada son ilegales.