Tras la disolución del grupo All Saints en 2001, Melanie Blatt exploró diversas facetas en la industria del entretenimiento, incluyendo una carrera en solitario y roles como presentadora de televisión.
Este desafortunado incidente subrayó el impacto potencial de la insensibilidad cultural y la importancia de considerar el contexto histórico al crear campañas de marketing.