En el centro de la polémica está Luis Enrique González Martínez, de 25 años y natural de Placetas, quien cumplía sanción en el área militar del penal y se encargaba de repartir los almuerzos a otros internos. De acuerdo con lo reportado por Nio, fue trasladado sin explicación a dependencias de la Seguridad del Estado y permanece incomunicado desde el día de la fuga. Su esposa, Dayluis González, denunció que su marido “no tiene nada que ver con eso” y expresó temores por su integridad, al asegurar que él le dijo que prefería morir antes que estar en el lugar donde lo mantienen retenido.
Por el momento, el caso de Luis Enrique “Kiki” se convierte en nuevo termómetro del sistema penitenciario cubano: expone debilidades en la custodia, brechas de integridad y una dependencia informativa de las redes sociales para conocer evoluciones de alto interés público. La captura en Matanzas cierra un capítulo, pero abre otros: el de las responsabilidades internas y el de la confianza ciudadana en que situaciones así no se repitan.
Este miércoles se conoció que el corredor de 400 con vallas Lázaro Taylor Fernández, saltó otro obstáculo y abandonó al equipo cubano que había competido en el IV Campeonato de Atletismo de la Asociación de Norte, Centroamérica y del Caribe de Atletismo (NACAC en inglés) en la localidad de Freeport, Gran Bahama.