La investigación sobre el cubano Garcia Marsan comenzó en Miami a principios de este mes cuando las víctimas, una pareja de ancianos de 87 y 82 años, recibieron una llamada de alguien que se hacía pasar por su nieto, diciendo que había tenido un accidente de tráfico y que estaba siendo arrestado por enviar mensajes de texto mientras conducía. El supuesto nieto les pidió que contactaran a un abogado para ayudarlo a salir de la cárcel.