El deceso ocurrió mientras el barco navegaba en aguas internacionales, y fue reportado al atracar en Miami. El FBI asumió el caso en cumplimiento de su protocolo habitual, que establece su jurisdicción en muertes o presuntos delitos cometidos en embarcaciones con bandera estadounidense o que arriban a puertos del país.
De acuerdo con el reporte, los expertos de medicina legal deben determinar la datación y procedencia de las osamentas antes de descartar si tienen interés criminalístico.