Una mala aventura de las 7:30 de la tarde nos hará sin dudas viajar en el tiempo hacia épocas infantiles, en que los niños cubanos de los 80 y los 90 no nos movíamos frente al televisor soviético a esa franja horaria sagrada que iniciaba con los “muñequitos” de las 6:00 y finalizaba con los seriales aventureros, muchos de producción cubana.