Después de meses de tensiones arancelarias que pusieron a temblar los mercados globales, Estados Unidos y China se encuentran inmersos en una nueva ronda de negociaciones en Ginebra.
Marcos Rubio celebró recientemente los 100 días de Trump en la presidencia. "En los últimos 100 días, POTUS ha cumplido con el pueblo estadounidense", escribió Rubio en su cuenta de X.
En una conferencia de prensa, la secretaria de prensa del gobierno, Karoline Leavitt, acusó a la compañía de realizar un “acto hostil y político”, e incluso insinuó que Amazon se había “asociado con un brazo de propaganda chino”.
El endurecimiento de las políticas migratorias en Florida, sumado a la confusa batalla legal entre cortes federales y autoridades estatales, ha sembrado un clima de inseguridad jurídica y social. Las cifras de deportaciones podrían aumentar drásticamente en las próximas semanas, mientras miles de personas viven al filo de una orden judicial, una interpretación ambigua de la ley, o una redada en su barrio.
Bukele podrá seguir diciendo que convirtió a El Salvador en el país más seguro del hemisferio. Trump podrá seguir vendiendo mano dura en campaña. Pero ambos están mostrando que, cuando el show necesita víctimas, no importa cuán legal o ilegal sea su sacrificio.
En un contexto de creciente polarización política, erosionamiento de las instituciones y radicalización del discurso, esta propuesta nos recuerda que la ciudadanía —más allá de un papel o pasaporte— implica derechos inalienables. Y que no se puede gobernar al margen de la Constitución, por más monstruoso que uno considere al delincuente de turno.
Críticos han comparado la propuesta con un mal chiste, denunciando que se trata de una forma encubierta de chantaje migratorio y un insulto al debido proceso. Además, mucho se cuestionan si esto es una política real o simplemente otra de las ocurrencias del expresidente para alimentar su narrativa antiinmigrante y mantenerse relevante entre su base.
Quedaban tan solo unos días para la inminente terminación del “parole humanitario”, lo que habría afectado a miles de cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos. Sin embargo, la jueza Indira Talwani emitió este lunes una orden que suspende temporalmente su revocación.
El fallo, emitido por el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, detiene provisionalmente la orden de la jueza federal Paula Xinis, quien había dado hasta la medianoche del lunes 7 de abril para “facilitar y efectuar” el retorno de Kilmar Abrego García, un migrante salvadoreño deportado erróneamente a El Salvador. Esta decisión permite que la administración Trump, a través del Departamento de Justicia, continúe argumentando que los tribunales no pueden obligar al Ejecutivo a actuar en el ámbito de la diplomacia internacional.
Esta resolución ha generado reacciones mixtas. Mientras que la administración Trump la considera una victoria para sus políticas de inmigración, defensores de los derechos de los inmigrantes expresan preocupación por el uso de una ley antigua para justificar deportaciones rápidas sin el debido proceso. Además, familiares de los deportados han cuestionado las acusaciones de vínculos con bandas criminales, argumentando que muchos de los deportados no tienen antecedentes penales ni conexiones con grupos delictivos.