La reciente imagen del popular periodista y comunicador cubano Julio Acanda en Los Ángeles, junto al actor Roberto Govin ha despertado la curiosidad entre...
La presentadora de Fox Noticias Andrea Linares sugirió al aire que el actual despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe podría no limitarse a Venezuela y que Cuba sería, potencialmente, el siguiente punto de presión en la agenda de Washington. Sus comentarios, retomados por Media Matters y amplificados en medios del exilio, reactivaron el debate sobre hasta dónde pretende llegar la administración Trump en América Latina y cómo impacta esa retórica en la ya tensa relación con La Habana.
Alertas virales sobre supuestos operativos del ICE mantienen a Miami en vilo. Vecinos reportan avistamientos; autoridades no confirman despliegue masivo.
Antilles Gold comenzó la construcción de la mina Nueva Sabana, un proyecto de cobre y oro desarrollado junto a la estatal Geominera en el centro de Cuba. Con ingeniería china, financiamiento estructurado fuera del sistema bancario cubano y contratos ya firmados para la venta de concentrados, la compañía apuesta por operar a finales de 2026 pese al impacto de las sanciones estadounidenses y a las limitaciones de crédito. La mina es presentada como la primera pieza de una plataforma minera más amplia dentro del país.
Cansados de los apagones y decididos a mirar su propio país desde otra perspectiva, Daniela García y Brian Nicolau emprendieron un recorrido en bicicleta por toda Cuba. Su proyecto, Cuba en Bici, ha reunido a miles de seguidores y ofrece un retrato franco —lo duro y lo hermoso— de una isla que pocas veces aparece en las narrativas oficiales. Entre baches, apagones, paisajes rurales y gestos de solidaridad, la pareja documenta un viaje que es también una búsqueda de sentido en medio de la crisis.
Mientras Washington confiscaba un carguero venezolano con petróleo rumbo a Cuba, otro buque de La Guaira atracó sin obstáculos con 27 contenedores de ayuda humanitaria para los damnificados del huracán Melissa. La diferencia no estuvo en la bandera, sino en el tipo de carga: el crudo navega dentro del régimen de sanciones que permite a EE.UU. incautar embarques, mientras que la asistencia post-desastre circula por un corredor humanitario tolerado y vigilado, donde la presión política se modula para no agravar una emergencia.