Las condiciones de trabajo descritas en el informe son duras: ausencia de herramientas adecuadas, falta de equipos de protección, ausencia de descansos y riesgo constante de lesiones graves. Muchos entrevistados aseguraron haber sido obligados a trabajar a pesar de padecer enfermedades crónicas o discapacidades. Además, el informe denuncia que afrodescendientes y mujeres están sobrerrepresentados entre las víctimas, y que en el caso de estas últimas las formas de violencia incluyen abusos sexuales.
Memeño tiene nombre, edad, historia y hambre. El post que lo visibiliza no resuelve el problema, pero lo pone en agenda. A partir de ahí, la pelota rebota entre vecinos, iglesias, colectivos, autoridades locales y quien pueda articular la ayuda real: techo, comida, tratamiento —si lo requiere— y, sobre todo, dignidad.
En los portales de rastreo, ambos tramos aparecen como “diverted”, confirmando que abandonaron la ruta al Caribe y terminaron nuevamente en Toronto. Se trata del AC1740 de Air Canada Rouge y del WS2710 de WestJet, dos frecuencias habituales hacia el principal polo turístico de la isla.
En Cuba, donde los mecanismos formales de asistencia suelen ser lentos o insuficientes, Facebook y WhatsApp funcionan como tablón de anuncios, oficina de coordinación y, muchas veces, única ventanilla de esperanza. Hay una ética de la proximidad que se activa: quien no tiene dinero ofrece transporte; quien no puede donar sangre replica la convocatoria; quien no posee colchones pregunta por tallas de ropa; quien vive fuera enciende la cadena de remesas o compra en línea.
Mientras los cirujanos definen próximos pasos y los partes médicos se actualizan, el caso de Osmani vuelve a exponer la zona de riesgo de un oficio esencial para un país que sufre cortes constantes de servicio eléctrico… y, a la vez, la brecha entre lo que el oficialismo comunica y lo que la familia dice necesitar para sobrellevar el día a día de la recuperación.
Más allá de la aritmética de detenidos, el trasfondo es el de siempre: apagones que en el oriente superan las 20 horas diarias, enfado acumulado y un Estado que alterna mensajes de conciliación con medidas punitivas. Si agosto ya había dejado protestas en otros puntos de Holguín, septiembre confirma la deriva.
Que en esta ocasión no haya que lamentar víctimas es un alivio. Pero el humo que ayer se elevó sobre los techos de San Juan de Dios es recordatorio tangible de que cada apagón prolongado trae consigo una cadena de decisiones de alto riesgo.
El sistema —identificado como AL91— se mueve lentamente hacia el oeste, entre 5 y 10 millas por hora, y de mantener la organización podría estar cerca de las Antillas Menores a mediados o finales de la próxima semana.