Mientras ICE publica un desfile diario de presuntos delincuentes, las cifras internas y los testimonios en el terreno muestran otra cosa: una campaña masiva de detención que arrastra por igual a criminales, trabajadores sin antecedentes y personas en procesos legales. Una política que, como han señalado seis congresistas republicanos, “desvía recursos limitados” y pone en riesgo la verdadera prioridad: atrapar a terroristas y operativos de carteles.