Dos escenas separadas por más de 400 kilómetros y motivaciones aparentemente ajenas entre sí, pero que evidencian cómo la crónica policial italiana sigue encontrando, con preocupante frecuencia, acentos y rostros de la diáspora cubana en episodios que van desde el delito común hasta la violencia callejera.
Gracias a la precisa identificación de los dos individuos, se supo que los cubanos estaban involucrados en robos a personas mayores en comercios locales. Posteriormente, fueron sometidos a un reportaje fotográfico en la comisaría de Carabinieri de Legnano, con la colaboración de los militares de la comisaría de Carabinieri de Castano Primo.