Las cifras aportadas por la funcionaria han sido puestas en duda por los cubanos en redes sociales, dado que los hospitales y centros médicos presentan una gran cantidad de pacientes con síntomas de chikungunya que no pueden ser diagnosticados eficazmente por falta de insumos específicos para determinar el virus,
La nota más dura del post de la comunicadora no fue sanitaria, sino cívica. Apunta al “hábito” de resolver cada trámite cargando con una planta eléctrica, de comprar jeringuillas “en el particular”, de conseguir “una bolsita de suero” por la izquierda. Esa normalización de la escasez —sostiene— perpetúa el problema y deja a los más vulnerables (niños, ancianos, embarazadas) sin red. En paralelo, lectores señalan que parte del personal de Salud también está enfermo, lo que tensiona aún más los servicios.