El expelotero Pedro Arozarena, uno de los bateadores más sólidos de los equipos Habana en los años 90 y 2000, falleció a los 54 años. Integrante del equipo Cuba juvenil y figura clave en la ofensiva de los Vaqueros, su muerte ha generado numerosas reacciones en el béisbol cubano.
Que la entrevista anunciada no sea su último testimonio, sino el punto de inflexión para corregir a tiempo. Nadie está pidiendo que se reescriba la historia: basta con estar a la altura de ella. Porque detrás de cada medalla colgada en una pared hay una vida real, y no hay título que valga si, cuando llega el silencio, esa vida queda sola.
La CNB impuso 20 partidos de suspensión a Álvaro Damián Savón Tejeda por agredir con el guante al principal Román Zamora en el Camagüey–Guantánamo de la 64 SNB; el lanzador se disculpó públicamente y la decisión ya está en vigor, según confirmaron ACN y CubaSí.
Este revés pone en riesgo la continuidad de Gurriel en la franquicia: firmó un contrato de tres años con opción de salida después del 2025, y su año de rehabilitación compromete cualquier posibilidad de explorar el mercado como agente libre. Los Diamondbacks deberán evaluar su futuro en el mercado, revisando la situación de sus lanzadores lesionados y reforzando opciones en el jardín para no depender de un regreso adelantado que podría poner en riesgo la salud del jugador.
Dos figuras vinculadas al deporte y el béisbol en Cuba, uno desde la narración deportiva, otra desde el apoyo cercano a su esposo, un pelotero, fallecen en la isla.
César Pérez Cruz, quien representó a Cuba en múltiples escenarios internacionales, será recordado no solo por sus logros, sino también por su integridad y pasión por el deporte. Su legado perdurará en las memorias de quienes tuvieron el honor de conocerlo y trabajar a su lado. Descanse en paz, César Pérez Cruz.