Este nuevo hecho reaviva la alarma por la siniestralidad vial en carreteras secundarias y tramos de alto riesgo, donde la combinación de visibilidad reducida, calzadas deterioradas y tráfico mixto eleva la probabilidad de choques frontales. Mientras avanza la pesquisa, familiares y amigos de las víctimas piden prudencia a conductores y servicios de emergencia, y reclaman señales y mantenimiento en vías donde, como La Moza–Manicaragua, un descuido puede terminar en tragedia.