Según explicó el jefe de la policía, Manny Morales, el modus operandi consistía en organizar choques ficticios entre vehículos, cuyos ocupantes —siempre los mismos— acudían a la clínica para reportar lesiones y recibir supuestos tratamientos. Posteriormente, se facturaban a las aseguradoras costosos procedimientos que nunca se realizaron.