Los casos aquí reunidos, denunciados por los activistas e informadores cubanos Niover Licea y José Luis Tan Estrada, forman un mismo cuadro, aunque sucedan en provincias distintas y con actores distintos. En el servicio militar de un muchacho de 18 años, en los pasillos de Taco Taco, en la Prisión Pendiente de Santa Clara, en la cárcel de Panamá en Güines, en el cuerpo de guardia pediátrico de Cienfuegos y en la sala donde un anciano esperó una ambulancia, se repiten palabras como abuso, abandono, extorsión, castigo, silencio. Y se repiten, también, los nombres de quienes deberían responder: jefes de prisión señalados como Yurianis Spek, Ángel Figueroa "Redondeaow", Islander Laffita Turro y el primer teniente Fabelo, amparados, según denuncias, por superiores como Carlos Quintana y Juan Ramón Castillo. La exposición de esos rostros no es un acto de venganza: es una forma de registro público cuando las vías institucionales fallan o se cierran.
La aludida es Dania María Santí Morlanes, militante del Partido Comunista, exdecana de la Facultad de Lenguas y Comunicación de la Universidad de Camagüey, señalada por su rol en la expulsión como profesor del plantel, del periodista independiente José Luis Tan Estrada; y también, en un pasado no tan lejano, de otro profesor y periodista: José Raúl Gallego.
Dos hermanos fueron detenidos y están incomunicados tras un presunto abuso policial en Santiago de Cuba. El MININT los acusa de atentado, mientras familiares y testigos denuncian agresión.