Para quienes siguen de cerca a la creadora cubana Flor de Cuba, sus logros suelen venir acompañados de una sinceridad que desarma. Esta vez no fue distinto. La influencer celebró públicamente uno de los hitos más importantes de su vida: logró enviar un automóvil a su familia en Cuba, un sueño que llevaba años acariciando y que, según contó, nació del deseo profundo de cambiar la historia de su hogar.
El anuncio llegó envuelto en emociones fuertes. En Instagram, Flor compartió un video donde aparece su Hyundai recién llegado a la isla, y recordó lo vivido para llegar hasta ese momento. “Hoy puedo decir que todo valió la pena, hoy me siento orgullosa de poder bendecir a mi familia, a mis hijos. Hoy sé que cada lágrima, cada ataque de pánico tenían un propósito, soy la mujer que rompió el ciclo de pobreza, la oveja negra que nunca se rindió”, escribió. La frase resonó entre sus seguidores, muchos de ellos parte de una diáspora que conoce bien el peso del sacrificio.
A medida que avanzan las imágenes, se percibe la magnitud del gesto. En un instante del video se lee una reflexión breve pero contundente: “Hoy duermo en paz, todo el sacrificio valió la pena. Ya mis hijos y mi familia no batallarán más con el transporte”.
Lea más: Flor de Cuba se compra un lujoso Range Rover y le envía un carro a sus hijos en la Isla
Flor también explicó por qué este logro tiene un significado tan personal: “Estoy muy orgullosa de mí, por enfocarme, por no venir a perder el tiempo, por usar mi dinero con responsabilidad y sobre todo por cuidar a los míos”. Su mensaje conecta con una experiencia común entre muchos cubanos que, al emigrar, cargan con la presión de no fallar y de sostener, desde lejos, a la familia que quedó en la isla. En su caso, el envío del auto no es un lujo, sino una herramienta que transformará la rutina diaria de los suyos.
Más allá de la anécdota, lo que Flor comparte toca fibras profundas: la sensación de romper un destino que parecía escrito, la idea de que el éxito personal también puede ser una red de apoyo para quienes estuvieron en los momentos más duros. Su relato no es el de una compra; es el de una restitución emocional.





