La actriz cubana Anarelys Ruiz, quien da vida a Cecilia en la popular telenovela “Regreso al corazón”, compartió en Instagram una anécdota muy personal sobre una de las escenas más tensas y comentadas del dramatizado: el esperado enfrentamiento físico entre su personaje y Angélica, interpretada por Alicia Hechavarría.
En su mensaje, Anarelys decidió llevar a sus seguidores detrás de cámaras para contar cómo vivió el rodaje de esa escena que, desde hace semanas, venía generando expectativa entre el público. No se trataba de cualquier momento dentro de la trama: era la famosa “galleta”, como se dice a buen cubano, que muchos espectadores ansiaban ver después de tantos conflictos acumulados entre ambos personajes.
“Llega el día donde se va a grabar una escena que yo sé que todos ustedes están esperando”, contó la actriz, dejando claro que ella misma era consciente del peso dramático y emocional del momento. Sin embargo, lo que parecía una escena sencilla desde el punto de vista narrativo, se convirtió para ella en un verdadero reto actoral.
Anarelys confesó que nunca antes había tenido que enfrentar una escena de ese tipo. La idea de recibir una bofetada, aunque estuviera cuidadosamente coreografiada, la puso especialmente nerviosa. “Nunca antes había pasado por una situación similar”, explicó, revelando que su mayor preocupación era reaccionar de forma incorrecta y arruinar la toma. Su objetivo era claro: que el golpe la tomara completamente por sorpresa, sin gestos exagerados ni reacciones artificiales que restaran credibilidad a la escena.
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Los nervios se hicieron evidentes incluso a nivel físico. “Las manos me sudaban y estaba supernerviosa”, admitió. Aun así, el profesionalismo del equipo y la complicidad entre ambas actrices hicieron la diferencia. La escena quedó perfecta desde la primera toma, sin necesidad de repetirla ni, mucho menos, de recibir otra “galleta”.
Uno de los detalles más humanos del relato fue la reacción inmediata de Alicia Hechavarría tras finalizar la grabación. Anarelys contó que su compañera le pidió perdón enseguida y se preocupó por saber si estaba bien, un gesto que habla del respeto y el cuidado mutuo que existe entre ambas fuera de la ficción, pese a la fuerte enemistad que sostienen sus personajes en pantalla.
Al terminar la escena, Anarelys sintió un profundo alivio. Había superado uno de los momentos más difíciles de su carrera actoral y, además, sabía que había logrado transmitir lo que la historia necesitaba. En tono cercano y cómplice, cerró su mensaje deseando que el público hubiera disfrutado la escena y se sintiera satisfecho de ver cómo, finalmente, Cecilia recibía su “merecido”.
