El mapa personal de Flor de Cuba volvió a moverse. Tras varios años instalada en Kentucky, la creadora de contenido decidió cerrar esa etapa y comenzar otra en Miami, una ciudad que, según contó a sus seguidores, la recibe con ilusión, cansancio y un desorden monumental típico de quien acaba de aterrizar en un nuevo hogar.
La influencer compartió un video que resume ese primer impacto de llegada. Sale con la mirada ojerosa, pero con la chispa que la caracteriza, explicando que casi no había dormido entre el tramo por carretera y el vuelo. “El que ha vivido una mudanza sabe todo lo que lleva y todo el cansancio y agotamiento”, bromeó, dejando claro que el humor nunca la abandona, ni siquiera en medio del caos.
Apenas puso un pie en la llamada Ciudad del Sol, tuvo que lanzarse a comprar lo indispensable. Aunque la casa está amueblada, faltaban utensilios básicos, y ella misma lo describió con una frase bien gráfica: “Tengo la casa virada para atrás”. En el video se ven cajas abiertas por todas partes, bolsitas improvisadas y esa mezcla de entusiasmo y agotamiento que acompaña los comienzos.
Pero detrás de la mudanza hay emociones más densas. Flor habló desde un lugar muy íntimo sobre lo que significó dejar Kentucky, donde dio sus primeros pasos como empresaria en Estados Unidos y donde, como dijo, nació otra versión de sí misma. “Lloré cuando iba a venir, por todo lo que crecí en Kentucky, por todo lo que dejé, las amistades, la Flor que nació allí”, confesó.
Sin embargo, la creadora tiene claro por qué hace lo que hace. “Yo vine a este país no a hacer amigos, sino a superarme, porque tengo mis hijos en Cuba que necesitan de una madre exitosa y una familia que depende de mí”. Allí está el centro emocional de toda su ruta: la maternidad a distancia, ese motor que la empuja, como a tantas madres cubanas en el exterior.
La decisión de mudarse a Miami no fue improvisada. Flor reveló que tiene ofertas de trabajo “muy importantes” que no piensa dejar pasar. El sur de la Florida, con su efervescencia de creadores, negocios digitales y oportunidades para latinos, aparece como el escenario lógico para su crecimiento profesional.
La noticia de su llegada activó de inmediato a su comunidad digital. Cientos de seguidores la recibieron con mensajes de cariño, palabras de aliento y aplausos a su perseverancia. Muchos le dieron la bienvenida a la ciudad, recordándole que en Miami abundan las historias de reinicio, y que la suya apenas comienza a escribir un nuevo capítulo.
Por ahora, Flor sigue desempacando, acomodando y peleando con el cansancio. Queda por ver cómo se reconfigura su contenido, su vida y su identidad en esta nueva ciudad donde tantos cubanos han reinventado sus sueños.
