Ronnie Rondell Jr., el legendario doble de riesgo que se inmortalizó en la icónica portada del álbum Wish You Were Here de Pink Floyd de 1975, falleció a los 88 años el pasado 12 de agosto en un centro de vida asistida en Osage Beach, Misuri, según informó la familia en un obituario en el que no especificó la causa del fallecimiento.
Nacido en Hollywood en 1937, Rondell desarrolló una carrera extraordinaria que abarcó más de cinco décadas. Tras servir en la Marina de los Estados Unidos, ingresó al mundo del cine como especialista en escenas peligrosas.
En 1970 cofundó Stunts Unlimited, una reconocida agencia de dobles de riesgo que marcó un antes y un después en Hollywood. Participó en más de 200 producciones cinematográficas y televisivas, destacándose en clásicos como How the West Was Won, Blazing Saddles, Lethal Weapon, Thelma & Louise y The Matrix Reloaded, además de series emblemáticas como Charlie’s Angels, Dynasty y Baywatch.
Pero más allá de esa vasta trayectoria, Rondell alcanzó fama singular por su participación en la portada del disco de Pink Floyd.
En la icónica imagen, Rondell aparece envuelto en llamas, estrechando la mano de otro doble —Danny Rogers— mientras su traje ignífugo lo protegía del fuego real. En una de las tomas, una ráfaga de viento le alcanzó el rostro, quemándole parte del bigote y la ceja, un momento que quedó grabado en la historia del rock.
Stunts Unlimited lo definió como “no solo una leyenda, sino legendario” y lo rememoró como un mentor generoso que elevó el estándar para quienes aspiraban a ser dobles de acción. Rondell enfrentó fracturas, conmociones y múltiples lesiones a lo largo de su carrera, pero siempre destacó por su precisión, profesionalismo y disciplina.
Además de su legado profesional, Rondell deja una familia: su esposa Mary, con quien compartió 56 años de matrimonio; su hijo R.A. Rondell, también doble de riesgo, tres nietos, un bisnieto y un hermano. Su otro hijo, Reid, también se desempeñó como especialista en escenas peligrosas y trágicamente murió en un accidente durante el rodaje de la serie Airwolf en 1985.
Terence Stamp, un gigante del cine británico
A la muerte de Rondell se suma la noticia del fallecimiento de Terence Stamp, actor británico cuya carrera lo convirtió en un ícono de los años sesenta y en una presencia inolvidable del cine de género. Stamp murió a los 87 años, según confirmó su familia en una declaración enviada a Reuters y que fue amplificada por varios medios británicos y estadounidenses.
Su irrupción en la gran pantalla ocurrió con Billy Budd (1962), la adaptación de la novela de Herman Melville, que le valió una nominación al Óscar y lo colocó en el mapa como una de las jóvenes estrellas del cine británico. Con su porte distinguido y una intensidad dramática que lo acompañaría toda su vida, Stamp formó parte del círculo conocido como el “Angry Young Men” del cine británico, que renovó la pantalla en plena década de los sesenta.
El gran público lo recuerda, sobre todo, como el imponente General Zod en Superman (1978) y Superman II (1980), donde encarnó a uno de los villanos más carismáticos del cine de superhéroes. Pero su filmografía fue mucho más amplia y arriesgada: desde papeles en Modesty Blaise y The Collector hasta su redescubrimiento en los noventa con títulos como The Limey, dirigido por Steven Soderbergh.
El actor dejó huella también en la memoria de sus colegas y en la cultura popular. Figuras como Guy Pearce, Edgar Wright y Billy Idol le rindieron homenaje en las últimas horas, describiéndolo como “un verdadero astro de cine” y un hombre de magnetismo inigualable.
Stamp, que combinó éxito internacional con etapas de retiro personal, se va dejando un legado de interpretación sólida, de riesgo artístico y de presencia inolvidable. Su carrera fue prueba de que un actor podía moverse entre el prestigio de los festivales y la masividad de Hollywood sin perder identidad.
