El humorista e influencer cubano Randy Álvarez, popularísimo en redes como Pollito Tropical, volvió a cruzar la puerta de “La Casa de Alofoke 2” y eso fue suficiente para revolver el avispero del entretenimiento digital. Una semana después de haberse retirado por razones de salud mental, Pollito regresó al reality dominicano sin previo aviso, encendiendo a su fanaticada dentro y fuera del país.
Los que no están tan pendientes del show se enteraron de la noticia a través de su cuenta de Instagram, donde compartió un mensaje que dejó claro el tono de esta nueva etapa: “Quien de sus cenizas se levanta es mucho más fuerte. Este regreso es por ustedes. Vamos por todas”. La frase funcionó como chispa para miles de seguidores que llevaban días insistiendo en que lo dejaran volver.
Apenas entró a la casa, se escuchó su otra sentencia, más íntima y cargada de nostalgia: “Uno siempre vuelve al lugar donde fue feliz”. Esa línea se ha repetido hasta el cansancio en redes, acompañada de clips de su abrazo con los concursantes y de su saludo afectuoso a Santiago Matías, Alofoke, a quien incluso le entregó unos lentes Cartier como gesto de reconciliación.
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La escena tuvo algo de novela y algo de regreso triunfal. Pollito entró sonriente, seguro, con una corona en la cabeza, una glamurosa peluca por las caderas y la energía que lo caracteriza. Desde los pasillos de la casa hasta los comentarios en Instagram, el ambiente quedó teñido de entusiasmo: “Regresó el mejor”; “Vamos, que tú puedes”; “Dios mío, Pollito, te extrañamos demasiado, estoy llorando”; “Yo di un grito de felicidad cuando lo vi”.
Santiago Matías había sido claro: su reincorporación dependería de la reacción del público. Y vaya si reaccionó. En cuestión de horas, el nombre de Pollito volvió a colarse en las tendencias de República Dominicana, Miami y la diáspora cubana, convirtiendo su llegada en uno de los momentos más virales del día.
Más allá del impacto mediático, su reaparición habla de un proceso personal que los fans siguen casi como si fuera una serie paralela. Pollito había salido justamente para priorizar su salud mental, un tema que, en su comunidad, no pasa desapercibido. Que regresara tan pronto fue interpretado por muchos como un gesto de valentía, un recordatorio de que pedir ayuda, pausar y volver también forman parte del camino.
