Britney Spears criticó a su familia tras una celebración navideña sin ella, avivando tensiones aún no resueltas.
Britney Spears volvió a usar Instagram como espacio de desahogo tras difundirse imágenes de una celebración navideña familiar de la que no formó parte. Su reacción, cargada de ironía y reproche, fue reportada por varios medios y confirma que la relación con su familia sigue lejos de recomponerse.
Billboard informó que Spears respondió a las publicaciones familiares con un mensaje sarcástico en el que cuestionó la narrativa de unidad y normalidad que se mostraba en redes. USA Today fue más directo al señalar que la cantante “arremetió” contra su familia por celebrar la Navidad sin ella, pese a que pasó la fecha con su hijo Jayden.
TMZ añadió contexto al informar que Spears sí compartió parte de las fiestas con su hijo menor, mientras su otro hijo, Sean Preston, pasó la Navidad con Jamie Lynn Spears. Page Six, por su parte, recogió el tono mordaz del mensaje, describiéndolo como una “burla” a la imagen de familia inocente que sus parientes proyectaron públicamente.
El episodio confirma que, aunque la tutela legal terminó, las fracturas emocionales permanecen. Spears no lanzó nuevas acusaciones ni revelaciones, pero volvió a dejar claro que el distanciamiento no es un malentendido pasajero, sino una ruptura sostenida en el tiempo.
Este choque navideño no se entiende sin la herida larga de la tutela legal que marcó su vida pública y privada durante más de una década. La llamada conservatorship terminó en noviembre de 2021, cuando una jueza del condado de Los Ángeles dio por concluido el arreglo que había puesto a su padre, Jamie Spears, con control sobre asuntos personales y financieros; ese desenlace llegó después de una presión pública enorme y de audiencias que se volvieron parte del debate cultural en Estados Unidos.
Aunque la tutela terminó, el conflicto con su padre siguió en tribunales. En abril de 2024, Britney y Jamie Spears acordaron un arreglo para cerrar una disputa legal que permanecía abierta incluso después del fin de la conservatorship, un dato que explica por qué la reconciliación familiar no avanzó con el simple cierre del caso. The Guardian reportó ese acuerdo, señalando que los términos no fueron divulgados públicamente.
A eso se suma la tensión con su hermana Jamie Lynn y con su madre Lynne, una grieta que Britney ha ventilado en múltiples ocasiones en redes y que volvió a quedar expuesta con la foto familiar de Navidad que detonó su mensaje sarcástico. People reportó que el post llegó después de que Jamie Lynn compartiera una imagen del grupo celebrando en Louisiana, y que Britney, aunque lanzó dardos, también dejó ver ambivalencias afectivas al mencionar a su sobrina Ivey; esa mezcla de rencor y necesidad de vínculo aparece como una constante en la narrativa reciente.
El conflicto familiar también se cruza con su relación con sus hijos, que ha sido inestable desde 2022, y que los propios medios estadounidenses han descrito como un proceso de distancia y reconexión parcial. Page Six y USA Today recogieron que en esta Navidad ella estuvo con Jayden, mientras Sean Preston pasó parte de las fiestas con familiares de Britney, un reparto que funciona casi como mapa emocional del momento: la cantante no solo está peleada con “la familia”, también está negociando, caso a caso, qué vínculos sobreviven y cuáles no.
