La actriz, humorista, productora y empresaria cubana Aly Sánchez volvió a conquistar las redes, esta vez no por un sketch ni una entrevista, sino por una dedicatoria cargada de amor y gratitud a su esposo, Roberto Balmaseda, con quien acaba de celebrar otro aniversario de bodas.
Con su característico estilo transparente y cálido, Aly compartió en Instagram una serie de fotos que recorren los 18 años de historia que han construido juntos. En las imágenes se les ve en distintas etapas: desde los años más difíciles, pasando por los primeros tiempos en Estados Unidos, hasta su actual vida familiar, plena y estable.
“Cuando nos conocimos no teníamos mucho… solo ganas, sueños y la determinación de salir adelante. Nada fue fácil, pero paso a paso, con trabajo, constancia y fe, las cosas empezaron a cambiar. Hoy miro atrás y veo cuánto se puede lograr cuando uno no se rinde, cuando aprende, cae, se levanta y sigue. No todo llegó de golpe, pero todo llegó a su tiempo. Y si de algo estoy segura es que cuando hay amor, trabajo en equipo y perseverancia, todo se puede construir”, escribió la actriz, desatando una ola de comentarios y mensajes de cariño de colegas y seguidores.
Aly y Roberto se casaron en abril de 2022, en una boda de ensueño que ella ha descrito como uno de los días más felices de su vida. Aquella celebración, rodeada de amigos y familiares, marcó oficialmente el comienzo de una nueva etapa en una relación que ya había demostrado ser sólida y duradera.
Según ha contado en entrevistas, Roberto Balmaseda estudió Historia en Cuba y trabajó en la empresa de cervezas Cristal antes de emigrar. Ya en Estados Unidos, se convirtió en su mánager y compañero de proyectos, además de ser el pilar emocional que la ha acompañado en su crecimiento personal y profesional.
Hoy, Aly y Roberto disfrutan de una vida familiar plena junto a sus dos hijas, Sophia y Sarah, que completan el retrato de una historia marcada por la complicidad, el esfuerzo y la fe compartida. Dieciocho años después, la pareja demuestra que las verdaderas historias de amor —las que se construyen paso a paso, sin prisa pero sin pausa— siguen existiendo.
