El hambre no espera a que se destraben las negociaciones en Washington. Mientras tanto, la vida sucede: un niño que desayuna en la escuela porque en casa no alcanzó, una madre que cambia una cena por dos meriendas, un jubilado que divide la pastilla para que dure el mes. La combinación de inflación, alquileres altos y cortes en la cadena de suministro de alimentos ha dejado a muchas familias sin margen. SNAP era ese respiro. Si falta, la ciudad tendrá que respirar por ella.
Quienes estén en condiciones de salud aptas para donar deben acudir al banco de sangre u hospital más cercano con su carné de identidad y mencionar que la donación es para Leandro Sánchez (indicar el nombre completo en admisión). En Cuba, de forma general, se aceptan donantes entre 18 y 65 años, con peso igual o superior a 50 kg, sin fiebre, infecciones recientes ni tratamientos antibióticos o procedimientos invasivos de las últimas semanas. Personas con enfermedades crónicas no controladas o embarazadas suelen quedar excluidas. Ante dudas, el personal sanitario realiza una evaluación rápida en el sitio.