Más allá de un gesto entretenido, hay que ver y analizar qué hay detrás de un hombre sosteniendo dos cerezas unidas por un tallo en su mano, mientras una mujer les pasa la lengua.
El escándalo ha dejado una huella imborrable en la carrera y legado de Sean "Diddy" Combs, quien, a pesar de sus esfuerzos por limpiar su nombre, enfrenta un futuro incierto tanto en los tribunales como en la opinión pública.