A sus 74 años, Juan Reyes asegura que ha dejado atrás el “sueño americano” para abrazar lo que llama su “sueño de Wyoming”. Su ingreso al Salón de la Fama representa no solo un logro personal, sino también un reconocimiento a una vida entregada al campo, a la familia y a una tierra que, aunque distante de su Cuba natal, hoy también es suya.