Este caso refleja no solo lo frágil que puede ser la estabilidad de un migrante ante la pérdida de documentos, sino también la fuerza de la comunidad cuando la honestidad y la empatía se anteponen. En un mundo donde muchas veces reina la indiferencia, la rapidez con la que Alexis Pedre recuperó sus papeles es prueba de que aún hay esperanza… y gente buena, incluso en la esquina de una gasolinera.