Sus seguidores aplaudieron con fuerza el detalle, subrayando la nobleza de un hijo que, aun desde la distancia, se las ingenia para llevar alegría a su madre
La cubana Vivian Limonta, deportada en agosto de 2024 tras una cita rutinaria con inmigración en Miramar, pudo abrazar nuevamente a su hijo de apenas tres años, quien viajó a la isla para verla. Las imágenes difundidas muestran la emoción contenida de una madre que, desde su regreso forzado a Cuba, ha vivido entre la nostalgia y la incertidumbre.