Este crimen no solo ha desatado un operativo represivo, sino que también ha expuesto el profundo hartazgo social ante la ola de violencia y la impunidad. Los comentarios sugieren que el pueblo de Cienfuegos ya no confía únicamente en las autoridades, sino que asume parte del proceso: denunciando, compartiendo fotos y datos, presionando para que los asesinos no tengan dónde esconderse.