Con Jorge Javier Rodríguez Cabrera en libertad, sin claridad sobre su futuro migratorio inmediato y con una congresista presionando públicamente al Departamento de Seguridad Nacional, el expediente del amigo de El Cangrejo deja de ser un simple caso de asilo y se convierte en símbolo de una batalla más amplia: quién merece realmente la protección de Estados Unidos y quién está aprovechando las grietas del sistema.
La detención del exfuncionario en julio pasado, y su posterior desaparición del sistema de ICE mientras otros cubanos permanecen meses o años bajo custodia, incluso con condiciones médicas graves, levantan sospechas sobre un posible trato diferenciado. Hasta que ICE o el Departamento de Seguridad Nacional expliquen si fue liberado, deportado o trasladado, la pregunta seguirá en el aire: ¿qué pasó exactamente con el amigo del Cangrejo al que hoy ya no se puede localizar en los registros públicos de detención?