A falta del expediente completo, lo verificable hasta ahora es que el supuesto “broker” chino vuelve a estar bajo jurisdicción de EE. UU., que lo acusa de mover grandes cargamentos de drogas y coordinar pagos a través de casas de efectivo y cuentas bancarias en varios países.
La protagonista, la española Ana Hurtado —activista afín al régimen, autodefinida durante años como “actriz y periodista”— contó que quiso pagar toda la cuenta por Transfermóvil, pero le exigieron mitad en efectivo y mitad por transferencia. Como no llevaba cash, se quedó sin cenar.