La historia de Santiago Iglesias Broum ha desatado pasiones en las redes porque toca fibras profundas: la nostalgia de quienes tienen familiares perdidos, la rabia por la falta de respuestas institucionales y la fe de que la tecnología actual pueda dar luz sobre un misterio que lleva 25 años sin resolverse. Para sus seres queridos, la esperanza sigue intacta: encontrarlo, vivo o muerto, para al fin cerrar un ciclo de incertidumbre que ha marcado a varias generaciones de su familia.