Aunque el golpe policial de esta semana es significativo, la sheriff fue clara: esto es una tendencia en alza y habrá más arrestos. El mensaje oficial cerró con una advertencia a potenciales “compradores de paja”: participar “por unos dólares” en estas operaciones no es una falta menor, sino un delito grave que puede sumar cargos estatales y federales, especialmente si el vehículo termina asociado a un crimen violento. Para las víctimas financieras —bancos, dealers y, en última instancia, consumidores—, el objetivo ahora es recuperar activos y cerrar la puerta a la próxima variante del mismo fraude.