Mientras continúan las tareas de rescate y la solidaridad ciudadana se organiza por múltiples vías, la prioridad debería ser localizar al protagonista —sin invadir su privacidad— para canalizar apoyos concretos: vivienda, enseres, alimentos, medicinas. La buena noticia, repetida por quienes conocen la zona, es que el hombre está vivo. Y la lección, para todos, es nítida: en medio del lodo y el rumor, la verdad también hay que rescatarla.
Una imagen que ha recorrido Twitter, Facebook y hasta WhatsApp muestra a Prieto aparentemente rendido ante el peso de su jornada, inclinando su cabeza sobre la mesa con los ojos cerrados, mientras otros a su alrededor lucen más atentos… o al menos mejor preparados para las cámaras.