Según Cowboy State Daily, Lunt llegó a Cuba en los años cincuenta tras casarse con una mujer belga cuya familia impulsó la compra conjunta de un rancho de 5.000 acres en la isla. Estando allí, y tras la revolución de 1959, la CIA lo reclutó aprovechando su posición y sus contactos. Lunt ayudó a fotografiar bases soviéticas, reclutar informantes y facilitar puntos de entrega clandestinos. Su rancho, de propiedad formal belga, le permitía operar con cierta discreción en un país donde Castro aún mantenía relaciones cordiales con Europa.
En el noveno aniversario de la muerte de Fidel Castro, Cuba amaneció entre rituales oficiales en Candelaria y una realidad marcada por apagones, calor insoportable y una invasión de mosquitos. Mientras unos celebraban la mística revolucionaria, otros solo pensaban en sobrevivir a otra noche sin luz ni descanso.
La actual tensión en el Mar Caribe ha hecho mencionar con frecuencia a los expertos ,y a quienes no lo son, a la conocida como "Crisis de Octubre solucionada al final entre un pacto de Kennedy con Nikita Jruschev, dejando a Fidel Castro como espectador molesto.
Recientemente circularon rumores sobre un presunto ingreso del ex mandatario en una clínica en el reparto residencial de Siboney, en La Habana, por el empeoramiento de su estado de salud. Los rumores crecieron rápidamente ante el silencio de las autoridades cubanas y llegaron a ser reflejados en varias plataformas digitales.
Lo cierto es que el rumor creció precisamente por la falta de información oficial y ahora parece que disminuye por la misma causa. Aunque lo más probable es que lo veamos salir más temprano que tarde con sus 94 años y alguna de esos poses preparadas para disipar rumores.
Hoy, cuando NTV apunta a la “creatividad del pueblo” que improvisa con leña y briquetas, es justo preguntarse: ¿de qué revolución hablan? ¿Creen que lo extraordinario es preparar la comida como en el siglo XIX? No. La realidad es que los cubanos merecen dignidad, servicios reales, un sistema fiable. Lo que necesitamos no es fuego artesanal ni aplausos por sortear el desastre, sino un gobierno responsable que asuma la historia energética y ofrezca reparaciones reales. No más mitos: tiempo ya de soluciones, no simulacros.