De momento, no se han anunciado compromisos conjuntos ni proyectos comerciales entre ambos; la señal clara es el estatus de pareja, explicitado por la propia Aniston en la publicación que dio la vuelta a los medios el 3 de noviembre.
Lo “que pasó” —con lo que hoy puede afirmarse— es que una de las parejas más visibles de Hollywood se separó y abrió un proceso de divorcio con enfoque en la coparentalidad. No hay otro. Ni otra. No ha existido infelidad por parte de ninguno. El divorcio, ha sido amigable.
El anuncio fue recogido por medios de referencia del entretenimiento y la cultura pop. Vogue destacó el estilismo nupcial —desde el peinado con aire de Hollywood clásico hasta el bouquet reducido— y ubicó la celebración en Santa Bárbara, mientras que el Los Angeles Times confirmó el matrimonio y la frase viral de Blanco con una foto reciente de la pareja en la alfombra roja.
Kingston —cuyo nombre legal es Kisean Paul Anderson— fue declarado culpable en marzo por varios cargos de conspiración y fraude electrónico. En agosto recibió 42 meses de prisión federal y tres años de libertad supervisada.
La denuncia también plantea que, al mantener los archivos en su dispositivo, el artista habría permitido que su entonces esposa, Cara Rodríguez, pudiera acceder a ellos
Fuera de la anécdota puntual, el episodio suma a una lista reciente de figuras públicas que retiran publicaciones por hostigamiento, y reabre la pregunta por los límites de la conversación digital: hasta dónde moderar, cuándo borrar y si es posible mantener un espacio “seguro” en plataformas que privilegian el engagement por encima del bienestar de sus usuarios.
People adelantó que la pena máxima teórica para Sangha —dependiendo del cómputo final del juez— podría llegar a decenas de años de prisión. La audiencia de diciembre permitirá conocer si el tribunal acoge las recomendaciones de la fiscalía y cómo pondera la cooperación y el acuerdo de culpabilidad de la acusada.
Aunque los arrestos representan un avance, el LAPD continúa investigando para determinar el alcance real de la operación y si existen más integrantes de la banda en libertad. Mientras tanto, vecinos y propietarios de mansiones en Los Ángeles refuerzan sus sistemas de vigilancia, conscientes de que, en esta ola de robos, la fama de la víctima no es garantía de protección.
Según reportes, Williams planea trasladar a su familia —su esposa Ayda Field y sus cuatro hijos— desde California, donde vendió su mansión de Beverly Hills a Drake por más de 70 millones de dólares.
Este nuevo contratiempo ocurre luego de que en junio compartiera públicamente su diagnóstico de cáncer de mama en una fase temprana, y tras someterse a una mastectomía seguida de reconstrucción en junio.