La expectativa ahora es doble: que las brigadas y donativos anunciados lleguen con prontitud y que la promesa de “atender a todos” se acompañe de decisiones operativas visibles, auditables y comprensibles para el barrio que aún seca la guata de su colchón al sol. Mientras tanto, el video sigue circulando y los comentarios se acumulan con una mezcla de rabia, decepción y propuestas muy concretas para resolver algo tan básico como el descanso de una familia.