Un estudio de la Universidad del Sur de Florida advierte que el endurecimiento de la política migratoria en el estado ha alterado de forma profunda la vida cotidiana de familias inmigrantes, incluidas aquellas con estatus legal mixto. A partir de entrevistas en profundidad, la investigación documenta efectos emocionales, laborales y sociales asociados al aumento de la vigilancia, el miedo a la deportación y la expansión de las medidas de control impulsadas por el gobierno estatal.
Centenares de cubanos recluidos en Alligator Alcatraz denuncian condiciones extremas y amenazas de deportación, mientras otros, como un paciente trasplantado en Miami, temen la separación familiar por su estatus migratorio.
Cuatro feminicidios en pocos días elevaron a 45 las muertes por violencia machista en Cuba en 2025. Los casos revelan patrones reiterados: agresores íntimos, crímenes en el hogar, antecedentes de violencia ignorados y una alarmante falta de información pública sobre denuncias previas y controles institucionales.
Decenas de cubanoamericanos se reunieron frente al restaurante Versailles, en Miami, durante el Día Internacional de los Derechos Humanos, para denunciar la represión en la isla y exigir la liberación de presos políticos. La protesta, marcada por consignas clásicas del exilio y el deterioro creciente de la vida en Cuba, buscó amplificar las voces de quienes dentro del país no pueden manifestarse sin enfrentar detenciones o vigilancia estatal.
El cubano Magdiel López Rodríguez, registrado como agresor sexual en Butler County, Ohio, fue detenido por ICE después de que las autoridades detectaran que reportó direcciones falsas a la policía y a su oficial de libertad condicional. El caso se produce en un condado señalado por el uso intensivo de su cárcel para detener inmigrantes y en medio de protestas por las condiciones de esos detenidos.
La epidemia de dengue y chikungunya en Cuba no explica por sí sola las al menos 87 muertes registradas entre octubre y noviembre. Detrás del colapso sanitario hay una cadena más profunda: hambre, desnutrición infantil, déficit vitamínico, falta de agua potable, apagones interminables, basura acumulada y hospitales sin recursos. Lejos de los 33 fallecidos que reconoce el Gobierno, la crisis revela un Estado incapaz de sostener la vida.
La visita de la relatora especial de la ONU Alena Douhan terminó en La Habana con un mensaje directo a Washington: las sanciones estadounidenses contra Cuba deben ser levantadas
Amnistía Internacional documenta una década de violencia de género ejercida por el Estado cubano contra defensoras, periodistas y activistas, y exige una ley integral, reformas penales y presión internacional para proteger a las mujeres que disienten.
La tensión entre Estados Unidos y Venezuela volvió a escalar en las últimas horas, y Cuba se ha colocado al frente de la defensa de Caracas acusando a Washington de buscar un “derrocamiento violento” para apoderarse del petróleo venezolano. Mientras La Habana denuncia una ofensiva militar y política en el Caribe, persiste la pregunta que atraviesa la región: ¿por qué, aun bajo sanciones y aislamiento, Nicolás Maduro sigue aferrado al poder?
El cubano Josue Rodríguez, residente legal en EE.UU. desde los 90 y camionero de oficio, fue detenido por ICE en una cita rutinaria y terminó 40 días en una cárcel de Wyoming antes de ser deportado a México, un país donde no tiene vínculos, papeles ni un futuro claro.
Nada de lo que pueda decir el oficialismo sobre cargamentos de ayuda logran borrar el contraste entre los anuncios y escenas como estas: una madre en Holguín pidiendo solo comida para cuatro niños, una anciana tirada sobre un amasijo que debería ser un colchón, comunidades enteras aún esperando algo tan básico como una cama y un techo seco.
La propuesta, presentada en Miami por el diputado ucraniano Maryan Zablotskiy, incluye el envío a Cuba de los cuerpos de 41 nacionales identificados como muertos en combate del lado ruso, y condiciona la salida de prisioneros a un gesto simultáneo del régimen hacia parte de los más de mil encarcelados por motivos políticos en la isla.
La pregunta seguirá ahí, incómoda, insistente: ¿Oxígeno o ayuda humanitaria? Quizás la respuesta no está en elegir una de las dos opciones, sino en desmontar la trampa que plantea. Cuando se trata de salvar vidas y reconstruir hogares, lo que importa no es quién sostiene la manguera de oxígeno, sino quién puede volver a respirar.