Cuba suma otro nombre a una lista que no deja de crecer y dos víctimas más que pelean por su vida. La noticia no es solo el espanto, sino la pregunta que se instala tras cada caso: ¿quién protege a las mujeres cuando el peligro ya está anunciado?
Un video que apareció en las "redes cubanas" que mostraba a una mujer en Ceballos, Ciego de Ávila, golpeando con una vara a su hija de unos diez años, provocó una indignación inmediata en todo el que lo vio. Y si eso fue triste... en Miami, dos historias distintas convergían en tiempo en el mismo problema.
Toda condena penal debiera descansar en una investigación exhaustiva y en pruebas sólidas, valoradas en juicio con garantías para la defensa. Cuando la cronología no cuadra, cuando los testigos clave no son escuchados, cuando los indicios materiales no resisten peritaje, cuando asoman presiones y contradicciones, el único camino compatible con la justicia es la revisión del caso. Eso piden las familias de Leinier Ramos Martell y Junior Quesada del Valle: que se mire de nuevo, con lupa, sin prejuicios ni urgencias por cerrar expedientes; que se escuche a quienes no fueron oídos; que se rehagan las diligencias necesarias; que, si hay culpables, se demuestre; y si no los hay, se repare el daño cuanto antes.
Sin aventurar diagnósticos, los testimonios apuntan a un cuadro compatible con enfermedades transmitidas por mosquitos y cuadros gastrointestinales asociados a agua no segura. En contextos así, las recomendaciones comunitarias básicas son: eliminar criaderos (vaciar recipientes y charcos en patios y azoteas), usar repelente y mosquiteros, potabilizar el agua (hervirla cuando sea posible) y buscar atención médica ante fiebre sostenida, vómitos persistentes, decaimiento extremo o signos de deshidratación, especialmente en niños y embarazadas. Vecinos de Matanzas insisten en hidratarse y evitar automedicarse cuando se sospeche dengue, a falta de indicación profesional.
un hombre en la provincia de Ciego de Ávila irrumpió en la vivienda de su expareja, la golpeó violentamente delante de sus hijos pequeños, comenzó a romper todo dentro y luego se atrincheró en el lugar, presuntamente bajo los efectos del alcohol o alguna sustancia.
El siniestro ocurre en un contexto de serias dificultades materiales en Cuba, donde la reposición de bienes básicos y la reconstrucción de viviendas requieren no solo recursos económicos, sino también acceso a materiales que escasean o tienen precios elevados en el mercado informal.
Morón, un pueblo que en los últimos meses ha visto crecer la violencia entre menores de edad, vuelve a llorar a uno de sus hijos (o a dos). La comunidad, entre el luto y la impotencia, exige justicia y sobre todo, medidas reales para evitar que este tipo de tragedias se repita.
Confirman que el conductor no se encontraba bajo los efectos del alcohol en el momento del siniestro ocurrido el fin de semana en Ciego de Ávila, conforme a los resultados de las pruebas médicas realizadas tras el accidente.
La percepción de inseguridad entre la población continúa en aumento. Casos como el de Adrián reflejan una realidad donde la delincuencia ya no es solo de subsistencia, sino que muestra signos de organización y violencia extrema. La falta de transparencia en el control de armas y la ausencia de estadísticas públicas agravan la situación, dejando a la ciudadanía en un estado de vulnerabilidad y desprotección.
Ambos sucesos han vuelto a encender el debate sobre el estado técnico de los vehículos que circulan en la isla y las condiciones de las carreteras cubanas, muchas de las cuales están en un estado deplorable.
La provincia cubana de Ciego de Ávila atraviesa una compleja situación demográfica caracterizada por una disminución de su población, resultado de un crecimiento natural...
Si esta es la "energía renovable" prometida, tal vez lo único que se renueve sea la paciencia del pueblo cubano, que ya está acostumbrado a vivir en tinieblas, literales y figurativas. Al ritmo que vamos, quizás lo único que iluminen estos parques sea el ingenio criollo para seguir sobreviviendo entre apagones.
La situación en estas provincias es un llamado a la acción. Cada día que pasa sin que se tomen medidas concretas significa que más personas podrían perder la vida en accidentes evitables. Mientras las autoridades sigan ignorando la gravedad del problema, la Carretera Central en Ciego de Ávila y Camagüey continuará siendo un tramo mortal que ilustra, de forma desgarradora, el precio de las prioridades equivocadas.